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miércoles, 27 de agosto de 2008

Boca logra la Recopa en casa

Buenos Aires-27 Ago.- En partido de vuelta disputado esta noche en el estadio La Bombonera , Boca Juniors obtuvo un empate a dos con Arsenal, lo que le permitió ganar el título de la Recopa Sudamericana.

En partido de ida, los xeneizes habían conseguido ganar con un resultado de 3-1 al equipo de Sarandí, por lo que un empate le bastó para hacerse del título por cuarta vez.

Con un marco impresionante (más de 50,000 espectadores), el equipo local pudo empatar en el minuto 92´ gracias a un tanto de Riquelme. Palacio se encargó de abrir el marcador apenas comenzado el partido, pero el Arsenal volteó el resultado con un tanto de Carrera 58´y de Matos 11 minutos después.

Es la cuarta vez que Boca logra el título de la Recopa, y con éste ya son 18 los palmarés internacionales, igualando así al Milan de Italia.

Un emocionado Rodrigo Palacio tras el partido le dedicó el triunfo a Palermo: "Le dedicamos el título a Martín (Palermo), que está pasado un momento difícil y le decimos que esperamos que regrese al equipo cuanto antes", al igual que Hugo Ibarra, un histórico del club que con este ya suma 14 títulos: "Palermo se merece este título, y esperamos que se recupere muy pronto".

Por otro lado Juan Román Riquelme resaltó la importancia del título "Es importante para Boca y para nosotros, los jugadores. Boca está siempre en la búsqueda de títulos, y para mi es una satisfacción muy grande porque he ganado varios con este equipo".

Alineaciones:* Boca Juniors: Mauricio Caranta; Hugo Ibarra, Julio Cáceres, Gabriel Paletta, Claudio Morel Rodríguez; Fabián Vargas, Sebastián Battaglia, Jesús Dátolo (m.72, Cristian Chávez); Juan Román Riquelme; Rodrigo Palacio (m.75, Ricardo Noir) y Lucas Viatri. Entrenador: Carlos Ischia.* Arsenal: Cristian Campestrini; Darío Espínola; Carlos Báez, Aníbal Matellán, Cristian Díaz; Sebastián Carrera (m.89, Sergio Sena), Carlos Casteglione, Javier Yacuzzi, Alejandro Gómez; Mauro Matos (m.85, Facundo Coria) y Luciano Leguizamón (m.46, José Contreras). Entrenador: Daniel Garnero.
Árbitro: Saúl Laverni (ARG), asistido por sus compatriotas Roberto Reta y Norberto Moyano.
Expulsados: Báez (m.64) y Cristian Díaz (m.80).16. Amonestados: Yacuzzi, Matellán, Díaz y Caranta.

viernes, 22 de agosto de 2008

Universitario: de campeón a colero


Después de haber campeonado en el Apertura con tres fechas de anticipo, Universitario, después de ocho encuentros sólo ha ganado una vez, eso tiene una definición simple: crisis.
Se dicen muchas cosas y se tejen muchas versiones alrededor de este tema: el síndrome del campeón, un equipo roto, la mala racha de los delanteros, que todo es producto del fracaso en la Sudamericana, etc.
Lo cierto es que, del equipo que ganaba con contundencia en el Apertura, al de hoy, que juega sin derrotero, hay un trecho grande. Y se puede ensayar una explicación por el lado del rendimiento de los jugadores. Neyra no es lo que era, o se puede decir que no tiene la misma suerte que tuvo. La displicencia siempre fue su sello, y le tienen que salir las tres primeras jugadas para entrar en confianza. Ahora las cosas no le salen y se hace mas notoria su actitud. Antes fue el mejor jugador y se le perdonaban gestos, que hoy no se le pasan por alto. El público calificó de soberbio el no saludar a su compañero en un cambio, a pesar que muchos no lo hacen. A Malingas tampoco se le perdona que yerre goles cantados a pesar que en el Apertura falló igual o más goles que hasta este momento. Puede ser que el partido más escandaloso haya sido el del clásico, pero terminó como héroe por anotar el gol del triunfo. Lo de Candelo no es nuevo, ya antes de la lesión había dejado de ser la figura que fue hace 2 torneos. Hoy su magia es un recuerdo que se debilita. Por otro lado se habla de problemas en la interna, que no es pretexto de nada, hay varios casos de equipos rotos y a la vez exitosos.
Entonces, conociendo el problema, se puede pensar que lo que le espera a Gareca (al margen de la suspensión que se le viene) es difícil, porque es duro tener un plantel con sabida capacidad, pero que no responde dentro de la cancha.
Se le vienen partidos duros, y con el fin de ver un play-off vibrante, la U debería levantar.
No por nada es el campeón.

Inicio de una pasión

Uno de los mejores recuerdos de mi niñez, como debe ser el de muchos, es cuando iba a la cancha del Nacional con mi padre.
Era un ritual que empezaba desde que llegaba. Mi padre achorándose con el cuidador de carros, era la señal que nos convertiamos en hinchas y dejabamos de lado nuestra cotidianeidad, el corazon latía diferente desde ese momento. Caminaba por esas calles por las que no solía pasar, y viendo gente que no solía ver. Llegábamos a las rejas y seguía el control policial, empezábamos a correr, pasábamos esos pasillos interminables con olor a orines. Para el momento que subía las escaleras de Nacional, siempre de la mano de mi padre, un silbido en el pecho anunciaba la disnea producto del asma. La bulla y el verde se asomaban progresivamente, bastante parecido a una sinfonía cuando empieza, que anuncia algo grande, que lo conoces pero que nunca deja de sorprenderte. Como una ola verde inmensa. Allí era cuando todo mal se desvanecía: el verde intenso de la grama, el ruido de las barras, las camisetas brillantes, esa intensidad es algo que ningún medio pudo ni podrá reproducir. Todo era mágico: la canchita, el gol, los chups, el contómetro, las olas, el estruendo, el sonido de los chuñazos, las lisuras permitidas, el contrario. Y era por una hora y media que nos volviamos parte de esta puesta en escena. Grandes recuerdos. Nos volvíamos cómplices, hasta que llegábamos a casa y volvía todo a la normalidad.
Hace unos meses volví al estadio con mi padre, no pudimos entrar juntos, él llegó antes, yo llegué después con mi hijo. No lo encontraba y tuve que llamar a su celular, pasando por los mismos pasillos, traté de darle la misma emoción a mi hijo y también subimos corriendo las escaleras, también se agitó un poco por el asma. El verde ya no es el mismo, tiene un reflejo blanco horrendo, el fútbol tampoco es el mismo y la mística menos. Me senté al lado de mi padre y a pesar de todo disfrutamos de esos 90 minutos como antes. Gritamos lisuras como antes, nos abrazamos cuando metimos el gol, el equipo ganó y terminando nos fuimos al chifa a comentar el partido. No fué lo mismo, pero igual lo disfrute muchísimo. Hace unos días, después de tres meses de ese partido mi hijo me dijo que no le gustaba el fútbol, que los partidos lo aburrían, pero que igual le gustaba estar ahí. Que no sabia qué era, pero algo le atraía de todo eso. Que suerte que lo entiendo.
Asi es un poco como empezó el gusto por este deporte-show. Y asi nace este blog, como una catársis por todo lo que se sufre y se goza en nuestro fútbol.
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